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¿Queres que tu hogar irradie felicidad? Te compartimos 5 puntos a tener en cuenta para lograr una decoración Hygge.


Colores suaves

El blanco es, por excelencia, el color del minimalismo nórdico. Además de éste, en este tipo de decoración se suman otros tonos suaves como el beige, el gris claro o los colores pasteles. Todo ello ayuda a crear una atmósfera más serena y libre de estrés.


Un rincón en el que prime la comodidad

Puede ser el sofá con unos confortables almohadones y una mantita, tu sillón favorito con un reposapiés o incluso ese rinconcito junto a la ventana en la cocina o el comedor.


Los textiles

El hygge mima todos los sentidos, incluso el tacto. Elegí textiles suaves y mullidos como mantas de pelo, almohadones de lana con canalé o trenzada, de punto o con tejido polar. Aunque lisos nunca fallan, los estampados también están permitidos, como por ejemplo los cuadros o el tartán que transmiten esa sensación de cabañita en la montaña.


Velas grandes

Usalas para iluminar tus noches. No es necesario que las prendas siempre, basta con encenderlas unas noches a la semana para darte un respiro de las luces eléctricas. Éstas son dañinas en ocasiones, por lo que las velas, además, te darán un ambiente de descanso y serenidad.


Sumá calidez con madera y plantas

Inculí la madera en muebles, adornos y todo tipo de decoración, pero en su estado más puro. Los materiales naturales son grandes aliados para crear los mejores interiores hygge.

Las plantas y flores son indispensables en la decoración Hygge. Sólo basta con ponerlas en las ventanas o en las mesas para mejorar el bienestar.

Son muy útiles sobre todo en invierno, pues la naturaleza ayuda a que pasar tiempo en casa se convierta en algo aún más agradable.